Arbutus unedo
Jardín de la Casita de Abajo. El Escorial. Foto de Manuel |
Andrés Laguna, médico segoviano que atendió al Papa Julio III y a Carlos I, tradujo del griego a Dioscórides, y en los comentarios a las traducciones de este autor leemos: " El árbol de los madroños, en su grandeza, se parece al membrillo, ansí como al laurel en sus hojas, el color de las cuales es un verde amarillo. La corteza de su tronco es àspera, escamosa y de color oscuro, tirante a rojo, produce en la fín del estío ciertas flores blancas, a manera de campanillas, muy bien ordenadas en unos racimos luengos. Su fructo (según dice Plinio) tarda un año en madurar. El cual, cuando se va madurando, de verde, se vuelve amarillo y, después de maduro, muy rojo. Es, por defuera, todo muy sarpollido y lleno de ciertos granos, los cuales cuando se mascan, exasperan el paladar y la lengua."
El licor y los bollos de madroño, esto lo digo yo, están ¡riquísimos!