ESPUELA DE CABALLERO

Delphinium gracile. Foto de Manuel

La historia de esta flor tiene su origen en la más remota antigüedad, en lo tiempos de la guerra de Troya. Ayax, hijo de Telamón, rey de Salamina, había combatido duramente un día entero al lado de Aquiles contra Héctor, el más acérrimo defensor de Troya. Terminado el combate, Ayax y Héctor se hicieron amigos y se obsequiaron mutuamente con presentes. Ayax recibió de Héctor una espada que iba a resultar funesta para él. A la muerte de Aquiles, Ayax, considerado el más valiente de los griegos, después de aquél, se disputó sus armas con Ulises y ambos defendieron sus causas ante la asamblea de capitanes. La elocuencia de Ulises le valió el triunfó. Al verse vencido, Ayax enloqueció de rabia y desesperación. En estado de delirio, recorrió el campamento de los griegos durante la noche y degolló los rebaños que pacían alrededor de las tiendas porque creía dar muerte a Ulises, Menelao y Agamenón. Cuando volvió en sí, ante las burlas de los soldados, se dio muerte con la espada que Héctor le había regalado. Su sangre se convirtió en una flor.
Aparte de representar la guerra, esta flor es también el símbolo de la ligereza, porque en su conjunto se parece a las falanges articuladas de un ave zancuda.